Se acercan las sociales y familiares fiestas navideñas en las que tanto tememos recuperar el peso que tanto esfuerzo nos ha costado perder. No podemos negar que todas estas celebraciones suelen ir acompañadas de un festín de comida y bebida, pero si queremos transmitir algunos consejos que nos ayudarán al menos a mantener la báscula a raya durante estas fiestas.arbol navidad

  1. No romper con esos hábitos saludables que tanto nos cuesta adquirir. Si mantenemos nuestras rutinas dietéticas durante los días no festivos conseguiremos al menos compensar los excesos que cometamos en las comidas y cenas marcadas en el calendario navideño.
  2. El alcohol es uno de nuestros principales enemigos en estas fechas. Como ya hemos comentado otras veces se trata de “calorías vacías” que no aportan ningún nutriente y su consumo es notablemente mayor en esta época que el resto del año. Puestos a elegir siempre escogeremos el vino (tinto o blanco) o el cava, que nos aportan unas 50-70 calorías por copa, antes que una copa de bebida destilada como por ejemplo de whisky que puede ir de 150 Kcal. A 250 Kcal. si además la acompañamos de un refresco azucarado.
  3. Si te toca cocinar en casa o ayudar en la cocina puedes planificar un menú bajo en grasa con aperitivos proteicos (jamón ibérico, lomo embuchado, lacón, gambas, langostinos) seguido de un consomé con huevo duro picado para entrar en calor y como plato principal un pescado o carne magra, el pavo es ideal para la noche buena; todo acompañado de una copita de un buen vino tinto.
  4. No abandones el ejercicio físico, treinta minutos diarios de actividad física te ayudarán a quemar las calorías extra que ingieras en estas fechas. Si aún no te has decidido a practicar ejercicio es un buen momento para motivarnos y empezar con 20 minutos diarios, verás como le coges el gusto y empiezas el año sintiéndote mucho mejor.
  5. Igual de importante que elegir bien los platos es no cocinar en exceso, tenemos cierta tendencia a cocinar cantidades inmensas pensando en que nadie en la mesa se quede con hambre, pero si ajustamos un poco las cantidades no tendremos tantas sobras de las que luego tener la tentación de picar en los días sucesivos. Recuerda que nuestro objetivo era mantener los hábitos durantes los días de “no-fiesta”.
  6. El otro problema de estas fiestas es el exceso de todo tipo de dulces que solemos consumir como postre o a cualquier hora. Por supuesto reducir la cesta de turrones, polvorones y mazapanes es una buena opción. Si elegimos algún turrón que sea de chocolate negro combinado con alguna fruta que siempre resultará menos graso. Otra buena opción es preparar frutas tropicales o brochetas de fruta como postre o bien postres caseros como helado de mango, un flan de huevo o una tarta de queso fresco.
  7. Para acompañar los aperitivos o platos principales que preparemos elaboraremos salsas caseras en lugar de recurrir a salsas industriales preparadas con elevado contenido en grasas y azúcares. Podemos utilizar para prepararlas aceite de oliva, vinagre, limón, especias y hierbas aromáticas, yogur desnatado, vinagretas, tomate natural triturado etc.
  8. Es fundamental no llegar a la cena principal con hambre, tendemos a pensar que es mejor ayunar ese día para compensar, cuando en realidad así sólo conseguimos empezar a cenar con mucha hambre y ansiedad y que cualquier cosa que tomemos ya sea un trocito de pan o incluso una pinchada de ensalada se absorba rápidamente debido al déficit de glucosa sanguínea que hemos generado durante el día de ayuno. Esta absorción rápida favorece que se formen depósitos de grasa con más facilidad.
  9. Para evitar el error anterior, a parte de realizar nuestras cinco comidas, es una buena idea tomar un aperitivo proteico 20-30 minutos antes de empezar a cenar. Por ejemplo unas lonchas de jamón ibérico con una copa de vino tinto. Así irá llegando el estímulo de saciedad al cerebro lo que hará que al empezar a cenar nos encontremos más relajados y sintamos menos hambre.
  10. Por último, como consejo final, disfrutemos del momento social de estas fiestas sin planteárnoslas sólo como un momento de grandes comilonas, sino de reuniones sociales y familiares con nuestros seres queridos. Disfrutemos de la mesa con moderación y sobre todo disfrutemos de la compañía y seguro que al día siguiente nos sentiremos mucho mejor.

 
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