La falta de sueño es una situación cada es más frecuente en la sociedad en la que vivimos y afecta cada vez a más personas en el mundo, pero lo que poca gente sabe es que la falta de sueño produce obesidad.

Numerosos estudios ponen de manifiesto la estrecha relación que existe entre las horas de sueño y la aparición de la obesidad en niños, adultos y gente mayor.

El profesor Felipe Casanueva que es el presidente de la Sociedad Española para el Estudio dela Obesidad (SEED=) señala que “se ha constatado que los niños obesos duermen menos que aquellos niños que tienen un peso normal. En España, los niños duermen una hora de menos de ocho horas al día, algo insuficiente y que además provoca otros hábitos prejudiciales con repercusión negativa en el incremento de peso corporal como es no desayunar”.

Se ha demostrado que los niños que duermen poco tienen una mayor tendencia a la obesidad al contrario que los niños que más duermen durante sus primeros 11 años de vida, que tienen un menor riesgo de serlo, todo esto, independientemente del sexo, si tienen vida activa o sedentaria, la situación económica familiar y la actividad física que realicen.

Esto evidencia la importancia de las horas de sueño, por encima de otros factores en la vida de los niños.

Según el doctor Albert  Lecube que es el responsable del grupo de trabajo de Obesidad en la Sociedad Española de Endocrinología y nutrición, “actualmente se considera que en los niños, dormir 5 o menos horas diarias, duplica el riesgo de ser un adulto obeso

Desde ambas sociedades recalcan el poco conocimiento que tiene la sociedad a cerca de la relación existente entre la falta de sueño y el incremento del peso corporal y la obesidad. Hay que dormir un número adecuado de horas con calidad de sueño para prevenir la obesidad.

¿Cómo afecta la falta de sueño?

La falta de horas de sueño, afecta ya a millones de personas en el mundo occidental. Según Javier Salvador “ en la última década se ha puesto en evidencia la existencia de una estrecha correlación entre dormir pocas horas y un mayor riesgo de ser obeso. Es por ello que para prevenir el desarrollo de obesidad en nuestra sociedad, así como para intentar que las personas obesas pierdan peso, junto a los obligados cambios en el estilo de vida, incluyendo alimentación y ejercicio, es necesario dormir al menos de 7 a 8 horas al día como mínimo”.

En relación a los adultos, en un estudio realizado en 68.183 mujeres adultas seguidas a lo largo de 16 años, aquellas que dormían 5 o menos horas no solo pesaban 2,47 kg más al inicio del estudio, sino que también ganaron una media de 4,300 gr más en comparación con las que dormían 7 o más horas. No solo eso, sino que las mujeres con 5 o menos horas de sueño tuvieron un 32% más de posibilidades de ganar hasta 15 kg que las que dormían 7 o más horas a lo largo del estudio”, explica el doctor Lecube.

Hay otros estudios que también muestran similares resultados realizados en los hombres y en gente mayor. Según Javier Salvador, “en gente mayor se ha observado que tanto el índice de masa corporal como el perímetro de cintura es significativamente mayor entre aquellos que duermen menos de 5 horas. En concreto, señala, dormir menos se asocia con un aumento del perímetro de la cintura de 6,7 c, para los hombres y de 5,4cm para las mujeres”. Aparte de la importancia de las horas de sueño, recalcan la importancia de la calidad de las mismas, ya que según el profesor Casanueva “En España sufrimos una

 de las mayores contaminaciones lumínicas y de ruido del mundo, lo que también incide en el aumento de peso

¿Por qué la falta de sueño induce a la obesidad?

Cuando dormimos menos horas de las debidas, se produce un aumento de todas las hormonas que aumentan la sensación de hambre y la apetencia por alimentos ricos en grasas y azúcares. Una sola hora de diferencia en la duración del sueño, es capaz, por sí sola de poner en marcha mecanismos que nos ayudarán a mantener nuestro peso. “Entre ellos –explica el doctor Salvador-, cabe destacar el papel de dos hormonas relacionadas con el apetito y que se modifican con las horas de sueño como son la leptina, que inhibe la sensación de hambre, y la ghrelina, que estimula el apetito”. Cuanto menos horas de sueño, hay menor concentración de leptina y aumenta la Grrelina dando como resultado que cuanto menos dormimos, más ganas de comer tenemos. Es por esto que si dormimos al menos 8 horas diarias tendremos más posibilidades de mantener un peso adecuado y combatir la obesidad.

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