La menopausia se caracteriza por la disminución de estrógenos provocando síntomas como sofocos, sudores, trastornos del sueño y sequedad vaginal.
Otros síntomas de menopausia se ven en el índice de Kupperman que representa una agrupación de 11 síntomas menopáusicos en los que se incluyen: insomnio, nerviosismo, melancolía, vértigo, debilidad, mialgia, color de cabeza, palpitaciones.
Con la terapia hormonal sustitutiva se consiguen disminuir dichos síntomas asociados con la disminución de estrógenos durante la menopausia. Sin embargo, los resultados no superan los riesgos ya que el estrógeno solo aumenta los riesgos de accidente cerebrovascular y tromboembolismo venoso; y junto a progestina podría dar lugar a riesgos adicionales causando cáncer de mama y ataque cardiaco.
Los fitoestrógenos son compuestos vegetales con propiedades similares al estrógeno. La cultura occidental o asiática tiene una dieta rica en estos compuestos. Por lo que se ha visto que las mujeres asiáticas tienen menores síntomas menopáusicos y riesgo de cáncer de mama.
Las estructuras químicas de las isoflavonas y lignanos son similares a las del estradiol y estos compuestos parecen ejercer un efecto positivo durante el proceso.
Un tipo de isoflavona es la genisteína, la cual se encuentra en altramuces, habas de soja. Esta isoflavona no solo son alivia los efectos de la menopausia sino que también mejora la densidad mineral ósea.
Los lignanos son sustancias que se encuentran en los componentes de fluidos biológicos y animales. Tienen actividad antitumoral (previenen el crecimiento de tumores), antioxidantes, estrogénicos.
La producción de lignanos en mamíferos depende de la presencia de bacterias en el tracto intestinal (flora intestinal). Esto sugiere que el sitio principal de producción es en las partes bajas del intestino.
Las semillas de lino tostadas y/o trituradas son las que más efecto tienen aunque su consumo no es habitual. Por otro lado, los cereales, legumbres, frutas y verduras tienen menos efecto estrogénico en comparación con el lino triturado pero se consumen de forma más habitual.
Los fitoestrógenos siempre han estado en un continuo debate de si son buenos o malos. El efecto protector frente a los síntomas de la menopausia frente al riesgo de que su consumo (o en exceso) favorece, como en la terapia hormonal sustitutiva, el riesgo de accidente cardiovascular y tromboembolismo.
Sin embargo, tras investigar en varios metanálisis (conjunto de varios estudios) se ha visto que las isoflavonas (como la genísteína) no alivian los síntomas vasomotores de la menopausia pero si que redujo la frecuencia de los sofocos.
Conclusión: se puede abordar la menopausia de forma temprana mejorando hábitos que mejoren la calidad de vida. No solo es la alimentación sino también el deporte. Es importante adaptarse a consumir productos nuevos que mejoren nuestros niveles de estrógenos y recurrir a suplementación en caso necesario (siempre asesorado por u profesional cualificado) con el fin de aliviar los síntomas.
